ESP
MAX Fake presenta el logo intervenido de la desaparecida discográfica MAX Music (1984–1998), sustituyendo la palabra Music por Fake como una crítica irónica a los oscuros y turbulentos sucesos que marcaron el ocaso del sello barcelonés. MAX Music fue un referente en la música electrónica y dance de la España de los 80 y 90, pero su historia terminó envuelta en un relato casi de comedia negra, lleno de mafias, sicarios, secuestros, palizas e incluso intentos frustrados de asesinato.
El episodio más dramático y surrealista involucró a Miguel Degás, ex socio fundador de MAX Music, quien supuestamente contrató a tres sicarios mexicanos para secuestrar y asesinar a su antiguo socio, Ricardo Campoy. Sin embargo, por un error garrafal, los secuestradores capturaron al DJ Josep María Castells, un músico completamente ajeno a la disputa, y lo sometieron a una brutal paliza antes de darse cuenta del equívoco.
Este acontecimiento trágico y absurdo pone en evidencia las tensiones y violencia ocultas tras la fachada brillante de la industria musical, donde las ambiciones y rivalidades a veces desembocan en conflictos extremos. MAX Fake no solo rememora ese oscuro capítulo, sino que también cuestiona la autenticidad, la verdad y la imagen construida alrededor de un icono cultural que terminó siendo una farsa plagada de secretos.
ENG
MAX Fake presents the altered logo of the now-defunct record label MAX Music (1984–1998), replacing the word Music with Fake as an ironic critique of the dark and turbulent events that marked the label’s demise in Barcelona. MAX Music was a key player in Spain’s electronic and dance music scene during the 80s and 90s, but its story ended wrapped in an almost dark comedy narrative filled with mafias, hitmen, kidnappings, beatings, and even failed assassination attempts.
The most dramatic and surreal episode involved Miguel Degás, former co-founder of MAX Music, who allegedly hired three Mexican hitmen to kidnap and kill his former partner Ricardo Campoy. However, due to a disastrous mistake, the kidnappers captured DJ Josep María Castells, a musician completely unrelated to the dispute, and brutally beat him before realizing the error.
This tragic and absurd event exposes the hidden tensions and violence beneath the glamorous facade of the music industry, where ambitions and rivalries sometimes escalate into extreme conflicts. MAX Fake not only recalls this dark chapter but also questions the authenticity, truth, and image constructed around a cultural icon that ultimately became a facade full of secrets.
Max
Music fue desde su origen pionero por el uso del "megamix",
un corte que se popularizó por incluirse en todos los discos
recopilatorios del sello. El megamix era una maxi canción de entre 8
y 14 minutos, donde se agrupaban varias de las canciones
representadas en el disco, conectadas por los estribillos y las
partes más jugosas.
De
una calidad cuestionable, casi al mismo nivel que las portadas
elegidas para cada disco (donde podía aparecer incluso una persona
caracterizada de José María Aznar), los recopilatorios de Max Music
arrasaron en ventas durante los 14 años de su existencia, siendo una
alternativa musical a la escena mainstream española.
Max Music was from his pioneering origin by using "megamix", a cut that was popularized for to be included in all compilation albums seal. The megamix was a maxi song 8 to 14 minutes, which represented several of the songs on the disc, connected by the choruses and the juiciest parts grouped.
Of questionable quality, almost the same level as the covers chosen for each disk, where could appear even a person characterized by José María Aznar, the collections by Max Music were razed in sales over the 14 years of its existence, being a musical alternative to the Spanish mainstream scene.