WORLD PRIDE CUP




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En 2018, Rusia fue sede del Mundial de Fútbol, un evento que reunió en un mismo territorio la fiesta y celebración masiva junto con diversas formas de violencia: tanto la derivada del fanatismo deportivo de los hooligans como la homofobia persistente y creciente que ha marcado la situación social en el país durante los últimos años.

Desde una perspectiva satírica e irónica, este happening reformuló la idea tradicional de un partido de fútbol para construir un encuentro simbólico y provocador entre lesbianas y drags, con una árbitro mujer heterosexual y transgénero. La propuesta no puso énfasis en la calidad técnica ni en el conocimiento futbolístico de las participantes, sino en una reivindicación lúdica, crítica y subversiva que cuestiona el machismo y la homofobia omnipresentes en el mundo del deporte.

A través de esta acción performativa, se abrió un espacio para la visibilización y el empoderamiento de identidades marginadas, transformando el campo de juego en un escenario de resistencia y libertad creativa, donde el juego y la protesta se entrelazan para desafiar las normas establecidas.



ENG


In 2018, Russia hosted the FIFA World Cup, an event that brought together massive celebration alongside various forms of violence: both the fanaticism of hooligans and the persistent, growing homophobia that has marked the social climate in the country in recent years.

From a satirical and ironic perspective, this happening reimagined the traditional concept of a football match by staging a symbolic and provocative encounter between lesbians and drag performers, refereed by a heterosexual, trans woman. The focus was not on the participants’ technical skills or football knowledge, but on a playful, critical, and subversive statement that challenges the machismo and homophobia deeply rooted in the sport today.

Through this performative action, a space was created for the visibility and empowerment of marginalized identities, transforming the playing field into a stage of resistance and creative freedom, where play and protest intertwine to defy established norms.